Enhorabuena Javi. No sólo por la convocatoria con la selección (que según los portales deportivos de nuestra ciudad, tan ecuánimes, se debe a la baja de Juanito) sino por el buen momento que atraviesa. Está siendo el mejor (o al menos, uno de los mejores) en los últimos partidos y además ayer, volvió a dar una lección de caballerosidad y saber estar dentro de un campo de fútbol a ese niñato de Triana (que creo que no sería tan malo si se dedicara a jugar al fútbol) que seguramente no acabará su vida deportiva como deben acabarla los futbolistas, por la edad, sino por una lesión que lo retirará del fútbol. Sí, jugadores como éste acaban su vida deportiva saliendo en camilla de un estadio de fútbol, no hay más remedio, algún día uno se cansa y lo manda al otro barrio (deportivamente hablando). Y como dice un gran entrenador y amigo mío, lo que eres fuera del campo se refleja dentro y al revés. Este niñato dentro del campo se comporta igual de sinvergüenza y cobarde fuera de él (y no me meto en que borracho se estrelle contra un árbol circulando a toda velocidad, que eso dicen, le puede pasar a cualquiera, aunque a mí, seguro que no).
Volviendo a Javi Navarro, lo siento por tu rodilla, esa rodilla maltrecha que no podrá descansar esta semana y espero que no pase factura, porque tenemos importantísimos partidos en los que tu presencia es indispensable, entre ellos, el partido del siguiente fin de semana en Heliópolis. Pero, sea como sea, felicidades.
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