jueves, 17 de abril de 2008

Recuerdos de un fin de semana inolvidable

No he podido evitar sentir una bonita nostalgia viendo la disputa de la final de la Copa del Rey de 2008. La final del 2007 la ganó el Sevilla FC tras un fin de semana maravilloso que quedará grabado en el corazón de cada uno de los más de 80.000 sevillistas que acompañamos a nuestro equipo en Madrid. Es evidente que nunca será como la primera vez, como la de Eindhoven. Pero la final de Madrid fue también mágica por muchas cosas. La principal por la gran marea roja que invadió Madrid y en segundo y más importante, por el carácter familiar que tuvo el desplazamiento, ya que la mayoría de nosotros acudimos con nuestras mujeres, con nuestras madres, con nuestros hijos. Igual que no podré olvidar nunca la vivido con mi padre en Eindhoven, verlo por primera vez con una camiseta del Sevilla, con una bufanda, ver como disfrutaba al ver ganar a su equipo una final por primera vez en su vida, tampoco podré olvidar lo que disfrutó mi madre ese sábado de junio por las calles de Madrid, con su camiseta del Sevilla, con su gorra, con bufanda. Todo son recuerdos maravillosos. Viendo como sufrían y como disfrutaban los aficionados del Getafe y del Valencia sentía envidia de no estar allí y deseos de volver a sentir lo que significa disputar una final. Y hablando ya de la final, me ha dado mucha pena la derrota del Getafe por sus aficionados. Por los aficionados de verdad, no de los que se han subido ahora al carro. Sino de aquellos aficionados que al verlos por televisión con esa tristeza comprendías lo que pasaba por su cabeza. Seguro que eran aficionados que han visto jugar a su equipo en divisiones muy inferiores, seguro que hasta en campos de albero y que de buenas a primera han vivido dos finales de la Copa del Rey. Supongo que será de duro que fue para los valencianistas perder dos finales de Champions, con lo difícil que es llegar a una de ellas. Creo que el fútbol está en deuda con el Getafe. Un equipo de una ciudad tan pequeña, con el peso que además tiene en su pequeña ciudad el Real Madrid y el Atlético de Madrid, haber llegado por dos veces consecutivas a la final de la Copa del Rey y haber caído se merece, algún día, llevara un título a sus vitrinas. ¡Hay que ver lo que puede cambiar la historia de un equipo por jugadas puntuales!. El año pasado, con nuestro Sevilla físicamente echo polvo, si Güiza hubiese sido capaz de batir a Palop en el uno contra uno que tuvo al comienzo del partido, quizás el resultado de la final hubiera sido otro. Hace una semana, en los cuartos de final de la Uefa, ganando por 3-1 a todo un Bayern de Munich faltando cinco minutos y habiendo fallado un gol de esos infallables, recibió un gol de dibujos animados y cambió lo que podía haber sido una verdadera heroicidad. Y hoy, tras recibir dos goles en los primeros compases del partido, fue capaz de reponerse, jugar mejor que el Valencia, marcar un gol y tener el gol del empate a falta de menos de un cuarto de hora con un cabezazo de Braulio o un poco antes con el balón al larguero de Granero. Creo que si alguno de esos hubiera entrado, la historia de la final hubiera cambiado. Por todas estas razones, espero que el fútbol salde con el Getafe la deuda que ha contraído, pero por Dios, que no sea a costa del Sevilla FC.

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