martes, 15 de abril de 2008

Ya me estoy cansando de Luís Fabiano

Y de sus agentes. La calidad del jugador brasileño es incuestionable. La ha tenido siempre, aunque sea esta temporada cuando le estamos sacando rendimiento. Y no sólo por los goles que marca, que suponen actualmente algo menos del 32% (32 de los 101 conseguidos por el Sevilla FC en lo que va de temporada), sino por todo lo que su juego aporta al equipo. Pero todas esas cualidades, las cuales sólo están siendo plausibles esta temporada, se quedan en nada en el momento que acaban los partidos. Esta tipología de futbolista, de persona, terminan no siendo rentables. Un jugador depresivo, caprichoso, egoísta, acaba siendo poco rentable por muchos goles que consiga subir al marcador. ¿Renovación?, ¿a qué precio?. Si yo fuera el Presidente del Sevilla FC o el Director Deportivo estaría buscando un futbolista que aportara lo mismo que él al equipo y que no tuviera tantos pajaritos en la cabeza. Para mí, el ciclo de Luís Fabiano terminaría junto con su contrato y no le renovaría. Pero, yo sólo soy un aficionado, un sevillista que se rige por el corazón.

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