Esta frase muy conocida en el fútbol, es lo que se me pasó por la cabeza cuando acabó el partido entre Barcelona y Valencia. Ayer no, hoy, porque ayer no podía verlo y lo grabé para verlo hoy, asegurándome de no enterarme cómo había quedado.
El caso es que el partido da mucho juego. Por un lado lo de siempre. El Barcelona vuelve a ganar por un error arbitral. De forma fragante, el camerunés se llevó el balón con la mano en las narices del mismo árbitro que nos robó la liga el año pasado y como hace siempre, miró para otro lado. Es su manera de estar bien considerado en la Federación de Árbitros, ayudar al grande.
Y por otro lado, se pudo ver el reflejo de nuestra temporada. Llevamos toda la temporada recibiendo muchos goles, sin embargo me gustaría ver una estadística para ver las veces que nos tiran a puerta. Equipos como el Español, el Zaragoza, el Mallorca, el Barcelona, etc. nos han ganado tirando muy pocas veces a puerta, pero con una efectividad del 100%. El mismo Barcelona nos marcó en copa en la única ocasión, prácticamente que tuvo, con una genialidad de Henry. Y en liga, tres cuartos de lo mismo. Sin embargo, ese mismo Barcelona, necesita de la ayuda arbitral para marcarle al Valencia, después de fallar infinidad de ocasiones, algunas de ellas muy claras. Y no es la primera vez que le pasa. El Valencia tampoco es que hiciera mucho para ganar, pero, el fútbol es así.
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