Hemos comenzado el año ganando. Había que hacer borrón y cuenta nueva y, bueno, al menos en el resultado se hizo.
El Sevilla FC comenzó como un ciclón, con un Navas que no parecía que estaba reapareciendo, sino en uno de sus mejores momentos.
Fueron unos minutos de asedio que recordaron a ese Sevilla que salía a comerse a los rivales, y por lo general, se los comía antes del minuto 15.
Pero los minutos fueron pasando y el gol no llegó y como suele pasar, o porque se levanta el pie o porque las defensas contrarias se ajustan, se apagó un poco la luz. Aun así fuimos merecedores de mucho más, aunque al menos nos fuimos al descanso ganando 1-0 en una magistral falta sacada por Navas y rematada por Kanouté.
Pero en la segunda parte, el equipo volvió a ser ese equipo mediocre, sin ideas, desbordable, etc., que tanto nos disgusta.
Increible ver a Aranda, sí a ese Aranda que tuvimos en nuestras filas y que no valía para nada, parando de espaldas, distribuyendo juego y haciéndole a Alexis un ocho en una jugada que no acabó en gol por suerte.
Manzano dice que el equipo se metió atrás para defender lo que tenía, porque hoy lo interesante era mantener la portería a cero. Creo que si en la segunda parte seguimos jugando como en la primera, hubiéramos mantenido la portería a cero igualmente, y los navarros se hubieran llevado algunos goles para el norte.
No sé qué ha pasado en la segunda parte, pero si queremos que la victoria de hoy no sea un espejismo, hay que mejorar mucho lo hecho en ese periodo.
En definitiva, victoria por fin y gran regreso de Jesús Navas. Eso sí, Navas y kanouté han marcado diferencias, pero lo que tienen que reconocer Del Nido y Monchi es que antes las diferencias las marcaban cuatro jugadores como mínimo, los dos de ahora, Luis Fabiano y Alves, por ejemplo, mientras que ahora, sólo tenemos dos. Esa es la devaluación que se habla de la plantilla.
En cualquier caso, lo importante era ganar, sumar para seguir soñando .Y ahora, a pensar en el Málaga.
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