miércoles, 5 de marzo de 2008

Tocado y hundido

La ruleta de los penaltis nos dieron nuestro último título continental en un partido que merecíamos haber ganado sin tener que pasar por ahí. Esta misma ruleta nos ha dejado con la miel de los cuartos de final en la boca, pero esta vez no lo merecíamos. Partido loco. En 9 minutos íbamos ganando 2-0 gracias a la ayuda del mejor hombre de ellos en el partido de ida, su portero. No se podía pedir más. Eliminatoria prácticamente sentenciada, Capel sacando tarjetas a diestro y siniestro y sólo un equipo en el campo. Y cuando menos lo esperábamos, un nuevo gol a balón parado (acabo de escuchar a Manolo Jiménez que la defensa de jugadas a balón parado no es entrenable. Será por eso por lo que al Sevilla Atc. le marcaban tantos goles de la misma forma). Y con el 2-1 entró una nerviosera general que casi provoca que nos fuésemos al descanso con el 2-2 en el marcador. La segunda empieza bien otra vez, con un gol a los pocos minutos que pone el marcador en 3-1. Eso debía habernos tranquilizado, porque ya un gol de ellos no nos eliminaba, pero no, no nos tranquilizó. El equipo era un flan, metido atrás (es significativo que empezamos presionando arriba y al empezar la segunda parte, los delanteros estuvieran en nuestro propio campo). El balón y el fútbol era de los turcos y el gol estaba viéndose venir, o al menos lo veíamos casi todos. El equipo necesitaba un cambio. Hacía falta un centrocampista que parara el juego, que templara y Manolo Jiménez tardó mucho en reaccionar y lo hizo mal y en el peor momento (esto último fue mala suerte). Para empezar le dio muchos minutos de control a los turcos que se tradujo en más nerviosismo por nuestro lado. Segundo, sacó a Renato, que lleva mucho tiempo sin jugar y que hoy por hoy está un punto por debajo de Maresca y tercero, quitó a uno de los delanteros, con lo cual transmitió a todo el mundo la idea de aguantar el resultado. Pero no fue posible porque, otra vez a balón parado (claro como no entrenable) nos marcaron el 3-2 que igualaba la eliminatoria. A partir de ese momento (llevaba bastante rato viéndolo, realmente) supe que la eliminatoria se iba a escapar. El equipo turco estaba mejor plantado y parecía mejor físicamente. Además, en caso de prórroga tiene ventaja el equipo visitante, pues un gol suyo provoca que el otro tenga que marcar dos y porque en caso de llegar a los penaltis, el equipo turco está formado por muchos jugadores brasileños, muy técnicos y los penaltis, aunque son suerte, también tiene peso la técnica. Al final, los penaltis, como temía, nos echaron de la Champions, de Europa casi tres años después (la última vez caímos un 17 de marzo). Me voy cabreado porque nadie ha estado a la altura. Ni el entrenador, ni los jugadores ni la afición. Sí, ni nosotros. Todos podíamos haber hecho más. El entrenador debía haber leído mejor el partido, los jugadores haber jugado mejor, porque saben hacerlo y nosotros haber animado más, porque nadie negará (por lo motivos que sean) que la afición ha estado hoy regular, más fría de lo normal. Ya sólo quedan 12 partidos para acabar la temporada. En estos 36 puntos tendremos que remontar 5 al Atc. de Madrid si queremos ser el año que viene Equipo Champions.

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