Ya sabemos todos que a nuestro querido Joaquín Caparrós le encanta ir de víctima. No quiere azúcar para sus muchachos y siempre el rival es durísimo, sea cual sea.
En esta eliminatoria de semifinales, está aprovechando al máximo eso. Sabe que el Sevilla es superior y la forma de motivar a los suyos y preparar el partido es dándole azúcar a los jugadores del Sevilla, muchos de ellos aún de su época, y seguro, que a espaldas de nosotros supermotivar a los suyos para que el jueves salgan a comernos.
Es un profesional y está jugando sus cartas. Es su obligación.
Eso no quita que como sevillista que es, crea de verdad que somos un rodillo y que podemos machacar al Depor, o al menos, que somos favoritos.
Pero no nos dejemos llevar por sus palabras. El quiere que nos veamos superiores y nos relajemos, para que unido a la motivación de su equipo, intentar igualar las fuerzas. Y quiere que la afición se vea superior y vea un fracaso no sentenciar en Coruña. Y quiere que cuando llevemos media hora en Sevilla si las cosas no son como creemos nos pongamos nerviosos y empecemos a silbar al equipo.
Esa es estrategia, no nos equivoquemos.
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