Pero no la justicia ordinaria, aquella a la que se refería el andalucista Pacheco hace tantos años, sino la futbolística. Bueno, un cachondeo no, es la cueva de Alí Babá, porque está llena de ladrones. Árbitros ladrones que nos roban durante los partidos, pitando siempre a favor de los intereses del Real Madrid, Barcelona y At. de Madrid.
Miembros del Comité de Competición ladrones que no corrigen a esos árbitros cuando atracan a equipos como el Sevilla FC pero que, rápidamente salen en defensa de esos tres equipos cuando algún árbitro comete el error de "perjudicarles"
Y ladrones del Comité de Apelación, que ratifican a los anteriores.
Está claro, no puede ser de otra forma, este año hay una consigna clara, impedir que el Sevilla FC se mantenga entre los grandes, porque el pastel, aunque grande, ha tenido siempre sus porciones muy bien repartidas entre los dos equipos madrileños y el culé. Y, por supuesto, ninguno quiere perder parte de su porción a favor del Sevilla FC. Si no es así, ¿qué explicación tiene lo que está pasando?. Estamos sufriendo el ataque más vil y sibilino que se puede recibir por parte de todos los que mueven los hilos de esta putrefacta y adulterada competición: árbitros, comités de competición y apelación y medios de información. Todos en una gran cruzada contra un equipo, para ellos vulgar, que ha ganado más títulos que nadie en los últimos dos años y que amenazaba este año con hacerse con la liga.
Gracias a Dios, o eso creo, en la Champions competimos, casi, en las mismas condiciones que todos los demás, por mucho que desde los medios de comunicación traten de hacernos invisibles para el resto de España.
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