martes, 2 de octubre de 2007

Llegó la hora

Llegó la hora de escuchar el Himno de la Champions en el Ramón Sánchez Pizjuán. Han sido muchos partidos, muchas victorias, algunas derrotas, momentos inolvidables, por lo bueno y por lo malo. Y hoy, 2 de octubre de 2007 vuelve la máxima competición europea a nuestro estadio (pero vuelve después de 21 años y no 50 como dicen por ahí ya que en el año 1986 se jugó aquí la final de la Copa de Europa entre Barcelona y Steaua de Bucarest) y por segunda vez se jugará en nuestro estadio un partido de Champions (la primera vez fue un Real Madrid-Inter de Milán por sanción del Santiago Bernabéu). Y llegamos a ese partido como no podía imaginarme hace varios meses. Primero, y sobre todo, porque ese clima de felicidad que teníamos se ha borrado de nuestras caras, ya no hay sonrisas desde que Antonio Puerta se fue al Tercer Anillo. Y también por todas esas otras causas deportivas y extradeportivas que nos están afectando (los plantones veraniegos de Alves, la sospechosa actitud de Juande Ramos justo antes de comenzar la liga, la mala racha de estos últimos 4 partidos, los altos precios del carné y del euroabono). Todas estas causas hacen que lleguemos a este partido sin ese clima de fiesta que siempre nos acompañó y que nos ha hecho grande. Por eso, hoy, tenemos que dejar a un lado todas estas cosas y pensar sólo en que nuestro Sevilla FC jugará su primer partido de Champios League en nuestro estadio. Que por primera vez escucharemos por los altavoces del estadio ese himno tan maravilloso que sólo pueden escucharlo cada año unos privilegiados. Hoy tenemos que olvidarnos de todo y volver a dejarnos la garganta animando sin parar, llevando en volandas al equipo hacia la victoria. Una victoria, que aparte de abrirnos un poco el camino de los octavos de final, acabe con la mala racha de resultados que llevamos. Esta noche es especial y todos tenemos que darlo todo.

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