Pasemos de la basura

Soy sevillista y estoy orgulloso de mi club. Ya esperaba que nos atacaran de esta forma, como lo están haciendo en los programas basura de la televisión, en los blog ultramadridistas, en cualquier parte tocada por la apestada mafia madridista. Me da igual. Estoy orgulloso de mi equipo. Un equipo de los mediocres, según ellos, que en quince meses ha logrado ser dos veces campeón de la Copa de la Uefa, campeón de la Copa del Rey, campeón de la Supercopa de Europa y de España, tercero en liga, mejor equipo del mundo del año 2.006 y 13 meses consecutivos siendo el mejor equipo (algo que no había logrado nadie). Además de eso, estamos creciendo en todos los niveles, colocando a nuestro filial en el lugar más alto posible y demostrando que podría subir a Primera División si lo permitiera la legislación. Todo eso se ha conseguido con el trabajo de todos, desde el primer empleado al presidente, pasando por una afición que nos estamos dejando la vida animando. Que saquen toda la basura que quieran, no les creo y me da igual quién pueda creerlos. Me basta con que mi presidente diga en público qué es la papilla y que nadie ha dejado de tomármela para reirme de todas las paparruchadas que se digan. Y de Antonio, quito la tele cuando alguien lo nombra sin respetar su memoria. Porque es, nuestro Eterno 16 y cuatro miserables, impresentables, no tienen derecho ni a nombrarlo. Vamos a pasar de ellos y vamos a unirnos más que nunca. Todos a una. Si se equivoca el entrenador, lo apoyamos más, si falla un jugador, coreamos su nombre con más fuerza. Si algún fichaje sale mal, confiamos más en Monchi. Todos a una. Somos, nosotros, contra ellos. Vamos con el equipo, vamos a por ellos, vamos a ganar. Esta guerra sólo se gana como únicamente sabemos, marcando más goles que el rival, ganando títulos, machacando rivales, despertando tanta admiración que tengan, avergonzados, que desaparecer. Y, esta guerra, comienza hoy.