Fin de la temporada

Ayer domingo se acabó la temporada 2007/08, la más dura de mi vida sevillista, la más ingrata, pero no por el fútbol, sino por aquella maldita noche del 25 de agosto en que comenzó. 4-1 quedó aquel partido y 4-1 éste último. Marcó Navas el primero y también el último de la liga. Pero nada es lo que era antes. Y no me refiero a que falte el entrenador, a que algunos jugadores hayan cambiado de equipo, sino que cuando empezó aquel partido, de lateral izquierdo había un chaval con el 16 en la espalda que quería comerse el mundo, porque era capaz de hacerlo, pero su corazón, ese que no le cabía en el pecho, le jugó una mala pasada. La temporada 2005/06 fue la del Centenario y la de la UEFA, la 2007/08 la de de los tres títulos y Palop y ésta, la de Antonio Puerta. Todo lo demás queda relativizado. Pero la vida es así y hay que seguir viviendo. En la película Esencia de Mujer, una de mis favoritas, el protagonista decía que la vida era como bailar un tango, aunque te equivoques sólo hay que seguir bailando. Eso nos pasó, seguimos bailando, con más o menos trabajo, pero lo hicimos. Y ayer, echamos el telón en el Sánchez Pizjuán. Para la temporada que viene no pido a un entrenador o a otro, ni títulos ni a este o a este otro jugador, sólo quiero no volver a llorar como lo he hecho este año.