El fútbol pagó otra deuda

El año pasado, en Eindhoven, el fútbol pagó una deuda al sevillismo con el mejor de los regalos, la Copa de la Uefa. Este año, el fútbol y de nuevo la Copa de la Uefa como protagonista, ha saldado otra deuda, esta vez, con el mejor portero de España, D. Andrés Palop Cervera. Su único pecado, querer triunfar en su equipo de toda la vida, en el Valencia CF, aunque tuviera ofertas (entre otros posiblemente del Sevilla FC) tras su paso por el Villarreal, hace ya algunos años. La campaña en Villarreal fue espléndida y recuerdo como llamaron muchos equipos a su puerta. Entonces él quiso volver a Valencia y ser el portero titular del equipo de su vida. Corría entonces la temporada 99-00 y a Valencia el año anterior había llegado Cañizares (según dicen con un contrato para ser titular siempre que esté disponible). Durante seis temporadas estuvo a la sombra de un portero mediático, pero infinitamente inferior a él, no sólo como deportista sino como es más importante, como persona. En seis años ni un mal gesto, ni una declaración fuera de lugar. Al contrario, cada vez que tenía una oportunidad demostraba su categoría dentro y fuera de los terrenos de juego. La temporada pasada, cansado de tanta injusticia y viendo que los años pasaban, se decidió venir al Sevilla FC. Supongo que pensó que no ganaría títulos, pero que al menos, tendría la oportunidad de jugar. En dos temporadas se ha convertido en uno de los mejores porteros de la historia del Sevilla FC. Si hablamos con sevillistas de 70 años, nos hablarán de Eizaguirre. Con algunos años menos, de Bustos. Los de mi quinta, recordamos a Buyo y Dassaev. Alguno más joven recordará a Unzue. Todos tenemos a algún portero en nuestro corazón, pero todos tendremos por siempre a Palop. El fútbol ha saldado la deuda con él, y hoy en día, es el portero de moda en España y en Europa. Si España no fuera lo que es, Palop sería, sin duda, el portero titular de la selección. Pero esto es España. Y el fútbol, que lo sabía, ha puesto las cosas en su sitio. Esta Copa de la Uefa será recordada para siempre como la Copa de Palop. Y será la Copa de Palop por cada uno de esos momentos inolvidables que nos ha hecho vivir. Primero su gol en Donest, que empataba la eliminatoria en el descuento, cuando pensábamos que nuestra Copa, esa que queremos con locura, se nos iba para siempre. Allí apareció él, y con la cabeza, nos metió de nuevo en la lucha. Y luego la final. Primero dio la asistencia a Adriano, después paró un gol imposible a Riera y por último, cuando todo el sevillismo estaba hundido porque tras tener virtualmente ganada la final, tuvimos que ir a la tanda de penaltis, apareció para detener 3 de los 4 penaltis que le lanzaron y recuperar nuestra copa. Gracias Andrés por ser como eres y por estar con nosotros. Gracias al fútbol por saldar su deuda con él.