Venía hoy en el AVE desde Madrid (no quiero ni contar como están las cosas por allí entre el Patético de Madrid y el Equipo del Gobierno, la vergüenza del país) y he leído en Marca(tranquis, el periódico es gratis, no pienso dar ni un duro a la Gran M Roja), en una columna de un tal Hernáez, un montón de tonterías sobre Pepe Castro.
Aún cuando pudiera tener razón y las palabras de Castro sobre que es lamentable que el Real Madrid sea líder, estuvieron poco afortunadas ( y más diciéndolas en Radio Marca), este señor ha perdido toda la razón pues se ha dedicado a ofender y esa no son formas de defender nada (por mucha ultra nacionalmadridista que se sienta).
Ha empezado su artículo este señor diciendo que Castro tiene apellido de entrenador de segunda recién descendido. Primer error. El apellido, en este caso el primer apellido, es la herencia de nuestro padre, de nuestro abuelo. No se puede faltar al respeto haciendo chistes fáciles con algo tan importante como nuestro apellido.
Después, este periodista, que debe ser objetivo porque trabaja en un medio de comunicación se dedica a darle lecciones a una persona que en primer lugar no tiene por qué ser objetivo (pues trabaja para un club en plena competencia con el club al que se refiere).
Además, no creo que tengas categoría suficiente para darle lecciones a nadie y menos a una persona que ha conseguido profesionalmente lo que tú no conseguirías en 6 vidas y que además ha demostrado su coherencia y saber estar en todas las ocasiones de su vida.
Sí, puede ser que no tuviera que haber hecho ese comentario, pero no dijo ninguna mentira. Todo el mundo piensa que es lamentable que un equipo que ha hecho un fútbol tan rácano, tan feo, tan poco espectacular pueda estar líder de la que dicen mejor liga del mundo y que el mejor equipo de la temporada (por los números, por el fútbol desplegado, por todo) esté tercero y se pueda quedar por debajo al final de la misma. Lo que pasa es que en cuanto alguien lanza alguna crítica contra el equipo del gobierno, rápidamente salen en su defensa la división mediático-galáctica , con todo el arsenal del que disponga. Qué pena de país, qué pena de periodismo nacional.
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