¡Qué ganas de que llegue el domingo!. Estos días sin fútbol (lo de las selecciones es para dedicarle algo aparte) se hacen pesadísimos. No hay noticias y a falta de ellas hay que rellenar páginas de internet, de periódicos, horas de radios, etc. con paparruchadas.
Estoy deseando que eche a rodar el balón y comprobar que el parón nos ha venido para enfriar el corazón, despejar la cabeza y recuperar lesionados.
Ahora empieza totalmente la temporada y lo hacemos en casa ante un rival que me decepcionó la primera jornada. Creo que este Recre, al que le tengo un gran aprecio por mis ascendentes choqueros, ha bajado mucho el nivel con respecto al año pasado. Está claro que sólo es un partido, pero no me gustó.
Creo que hoy en día, no debe se rival para el Sevilla y el domingo debemos amarrar la segunda victoria en el Sánchez Pizjuán, que debe ser este año, aún más inasequible que el año pasado para los forasteros. Y luego, el tan esperado debut. En Londres, ante todo un Arsenal. No podré ver el inicio por motivos laborales, pero espero que cuando allá por el minuto 30 me siente delante del televisor, el Sevilla, como ya hizo en su anterior visita a Londres, haya tenido una salida espectacular y vaya ganando.
Pero no nos desviemos. Hay que ir paso a paso, y lo primero es la liga. Recre, Recre y solamente Recre. Esa filosofía nos ayudó a crecer y sin ella no seríamos tan grandes hoy día.
Y todo esto sin pensar en la carga emocional que tendrá el partido. ¿Seré capaz de no derramar ninguna lágrima?. No lo creo, no creo que haya muchos que lo consigan.
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